5 oct 2011

Ausencia


            Duele.
Duele la garganta, duele el pecho.
La congoja sube como lava helada ahogando mis ganas de gritar y de que me escuches.
Las puertas se cerraron, mi dolor, como vapor frío, no puede escapar y oprime mi corazón.
¿Cómo hago para no gritar, sino me quieres oír?
Es como pelear contra una pared sólida, áspera, sin fisuras. Me repele, golpeo una y otra vez, me sangran los nudillos. Más me rechaza, más insisto, dejo trozos de mi carne en el muro.
Me duele tu ausencia en todo el cuerpo.
Donde ubicar el dolor de la falta, si es un hueco, un agujero negro, un abismo por donde se escurre mi deseo vital. Torpemente trato de emparcharlo con lo que puedo, pero mi libido se escurre como el agua en la arena.

                                                                                     Laura Bogetto