17 jun 2011

Capítulo tercero


Las herramientas

            Clara con su amiga Soledad continúo avanzando, se adentró por una senda angosta, sinuosa, con curvas laberínticas que luego de caminar durante horas la remitían al lugar de partida.
            Pero como recordarán Clara era vidente y aunque estaba cansada, agotada, casi sin fuerzas, al borde del llanto y la impotencia, vislumbraba que al final de esa senda encontraría lo que buscaba.
            ¿Pero que era lo que buscaba? A pesar del don de videncia que poseía y de la luminosidad de su nombre Clara no lo tenía claro, solo sentía que debía seguir el impulso que la empujaba hacia adelante impidiéndole sucumbir a la tentación de mirar hacia atrás y transformarse en estatua de sal.
            Cuando se encontró por tercera vez en el punto de partida al salir del laberinto, Clara consultó con su amiga Soledad, que como ya sabemos es muda, y llegó a la conclusión que el camino a recorrer si quería encontrar la salida, era la caverna que conducía a su mundo interno.
            Como la caverna estaba oscura como boca de lobo, Clara le pidió a Soledad que la alumbrara con una antorcha desde la entrada.
            Con marcha vacilante inició el descenso, el angosto pasillo acaracolado concluía en una escalera con peldaños tallados en la piedra, al final de esa escalera, un puente colgante que se balanceada precariamente sobre un abismo insondable.
Luego de vencer su miedo a las alturas y cruzar el puente Clara se encontró con una inscripción tallada en la pared que decía “HERRAMIENTAS” la que precedía el ingreso a un túnel en el cual confluían puertas a ambos lados.

Clara se quedó parada inmóvil frente a la primera. ¿Qué hago?
El miedo frente a lo desconocido, el terror de ver la realidad y de verse a si misma, se apoderó de ella.


La tentación de desandar el camino en la búsqueda de sus anteojos protectores era muy fuerte, auque el hacerlo la transformara en una roca, rígida y sin vida…………….

                                                                                            Laura Bogetto

1 comentario:

Alicia dijo...

Aunque escuchamos esta lectura directamente de la autora... qué bueno volver a leerlo!!! Las herramientas... La vida enseña a elegir las adecuadas, no? Wonderful!!! Besote!!