3 nov 2012

Reserva ecológica

Reservar, guardar para mañana. Mamá siempre decía, guardo una reserva por si necesito más adelante.  Ahorrar, tener garantías. Todavía me acuerdo de la libreta que me regalaron con orgullo en la escuela con estampillas para ahorrar para el futuro. Cuando el tiempo pasaba  lentamente, cada día era eterno y llegar a mi cumpleaños o a la fiesta  de reyes era casi una utopía.
Pero ahora que la expectativa de vida es más larga, paradójicamente vamos detrás de lo inmediato.  Todo tiene que ser hoy, lo de ayer ya no sirve.
 Esta digresión se produjo  por el título, en realidad quiero escribir un relato sobre la reserva que toda mujer debe tener. A la que denomino ecológica porque ayudaría a mejorar la calidad de vida de nuestro mundo. Es sabido que a pesar de los numerosos movimientos de liberación femenina, de lo leído, escuchado y declarado, las mujeres seguimos pensando en el príncipe que nos va a complementar haciéndonos felices o por lo menos más de lo  que en realidad somos.  Este noble señor debe poseer ciertas características reales o imaginarias de salvador (¡Ay Freud!!!!) imposibles de  sostener durante mucho tiempo, por lo tanto tarde o temprano cae. Y ahí viene mi consejo, en estos tiempos de reciclado, no hay que desechar nada o lo menos posible. Exceptuando algunos especímenes descartables  o imposibles de reutilizar, mantengamos nuestra reserva ecológica. A que llamo “reserva ecológica”, a aquel novio que nos deslumbró con su carisma y seducción que se va y vuelve. Al cual hay que mantenerlo stand by, por las dudas, una nunca sabe cuando lo va a necesitar.
                                                                                                      Laura Bogetto

2 comentarios:

Maina dijo...

Juaaaaa! gracias Lau!!

Claudia dijo...

Lau:
Jaja, me encantó lo de reserva ecológica.
Cuando lo editas?
Besotes,