23 jul 2011

Capìtulo quinto

             Ángel

Frente a la última puerta, del anteriormente oscuro túnel ahora semejante a una discoteca marina por las ondas luminosas azules proyectadas en sus paredes por la espada mágica, Clara se detuvo.
Todavía conmovida por los nuevos sentimientos que germinaban en su corazón, tomó el llamador de plata con forma de alas y golpeó.
El sonido de una música celestial precedió la aparición en el umbral de Ángel.
Cabello blanco, espesas cejas, delicadas manos. Rayos de tibia luz blanca brotaban de sus dedos y del centro de su frente.
-Pasa hija mía, te estaba esperando. Le dijo.
Clara entró, arrebatada, envuelta e invadida por una viva presencia de paz sintió que había llegado a su casa
El desasosiego que la había habitado por tanto tiempo la había abandonado.
La energía sanadora de Ángel la había reparado como la celebre gotita de Poxipol, uniendo los pedazos de su alma como un rompecabezas.
Al fin se sentía completa, sin fracturas como en el origen.
Clara, le dijo, te estuve buscando tanto tiempo. ¿Dónde estabas?
El le respondió: -Siempre estuve a tu lado, sosteniéndote, acompañándote, alimentado tu instinto de supervivencia.
La habitación de color celeste cielo, ventanas en el techo por las que penetraban suaves rayos de sol, muros acolchado revestidos con seda, perfumada con jazmines su flor preferida, la invitada a quedarse. Una placentera sensación fue invadiéndola… Clara abrazada de Ángel, aferrándose fuertemente a su cuello, flotaba en el mar, esquivando las olas, adentrándose en la profundidad. Segura, sostenida y soportada por Ángel se sentía poderosa.
Cuando la visión desapareció, escuchó su suave y serena voz que le decía.
-Vete, puedes nadar sola, cuentas con todas las herramientas que necesitas, yo como siempre, estaré contigo sosteniéndote aunque no me veas. Invócame.
Clara agradecida lo abrazó, un casi imperceptible escozor le indicó que le estaban creciendo unas incipientes alas en su espalda.
Y se fue…

                                                                                 Laura Bogetto

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